lunes, 8 de julio de 2013

Capítulo 49 - No se comprende

Camina lento un desnivelado latido, allí en el fondo del mar se esconde lo perverso.

¿Desaparecerá alguna vez este vacío?; huyes de mí , pero buscas mi alma.

-          - He venido porque me llamas-

No puedo llamarte, siquiera sé quién eras, siquiera sé quién eres.

Caer por la gravedad del agua, al fondo, donde los peces, donde la ceguera no se comprende.

Nunca tuve ojos.


No se comprende.

Capítulo 48 - La Extraña Soy yo

No encuentro cuál es mi lado de la cama. Lo he intentado en el izquierdo y el derecho, te he obligado a dormir al revés, oblicuo, de espaldas ... He probado a soñar de lado, he puesto sábanas limpias al corazón e incluso he hecho falsetes a tu respiración.

Aterida de frío mi alma entre tanto edredón.

Te has ausentado una noche, sólo una noche y he dormido, entre tanto silencio encontré mi voz.

No es que ye vayas, es que te has ido, y la extraña soy yo.

Capítulo 47 - Suenan Risas

Hoy nos hemos invitado a una ronda de olvido (un poco de anestesia local para los sentidos).

Busco una anécdota con carisma - no, quizás hacer un comentario sobre un buen libro - .

Hoy todos nos hemos vestido de las mejores maneras, hemos fingido conocernos, y comprendernos, hemos adulado pecados, adornado mentiras, adormecido conciencias ...

(He engrandecido mi sombra y me he hecho más pequeña).

¿Un brindis?, ah sí un brindis!.

"Por lo indoloro, por lo superficial y por todo aquello que no me importa".

Capítulo 46 - Un mensaje al Universo

No sé si recuerdas el pabellón del Universo de la Expo 92 de Sevilla, allí había una máquina que permitía enviar un mensaje al universo, una señal.

Recuerdo que mi hermano envió E=m*c para que si alguien los recibía, supieran que conocíamos y en parte controlábamos la energía.

Quizás la esencia del ser humano sea eso, lanzar una señal descifrable con la esperanza de que alguien lo comprenda.

Me gusta pensar que son como las señales de un faro en la niebla, ráfagas de luz que en ocasiones nos advierten, en otras nos guían hacia algún lado.

Quizás todo se reduzca a eso , y quizás por eso te escribo a ti, que siquiera sé si existes.

Envío esta señal esperando que alguien lo perciba.

Allí, frente a aquella máquina de infinitas posibilidades, envié mi primer mensaje al Universo .

Aún hoy, mi discurso sigue siendo el mismo.