sábado, 25 de agosto de 2007

Alfa

¡Si un quizás tuyo me regalaras!,
uno solo,
suave y
lento.
Un quizás
tuyo, mío, nuestro,
que sirviese de suspiro que atraviesa
el tú, y el yo.
Entonces
abriría los oídos
cerrados de tantos no
pues puede que tras tu voz,
distraído,
venga hacia mí caminando
tu corazón.

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